Evidentemente todo puede verse desde diferentes ángulos y siempre podemos encontrar uno que sea agradable, bonito, interesante, incluso bello, pero en ciertos edificios que se están construyendo actualmente en Lliçà es difícil verles el lado bueno -siempre desde el punto de vista estético-
Seguro que cumple toda la normativa municipal, comarcal, autonómica, nacional e incluso europea sobre urbanismo, pero, que queréis que os diga, el puñetazo visual que promete (todavía está en obras) es de los que marcarán un referente en el pueblo.
Yo puedo entender que en la década de los 70 se dejara hacer el edificio de la calle Mayor, 1, eran otros tiempos, incluso puedo entender (con muchos matices) la intervención urbanística al final de Francesc Macià/Sala Ambrós, pero no puedo entender cómo se puede construir en el 2007, un edificio con un impacto visual de más de 20 metros de altura, en el solar que ocupaba Cal Ferrer de Dalt.
Este edificio lo vamos a «disfrutar» durante toda la vida que nos queda, y espero vivir muchos años, incluso nuestros hijos seguirán gozando de las «vistas» y hasta puede que para ellos sea «normal», ya que lo habrán visto toda la vida.
Está claro que cada cual puede hacer y especular lo que quiera con sus terrenos, lo que ya no veo tan claro es que se imponga una estética aberrante a toda la población, sólo porque es más rentable.
Desde mi humilde punto de vista, estamos en un momento histórico donde todavía podemos crear un pueblo más coherente visual y paisajísticamente, un pueblo del que nos sintamos orgullosos, que de gusto pasear y en el que no suframos impactos visuales en cada esquina.
Seguiré documentando este o otros edificios que se construyan en Lliçà y serán publicados en Garum
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