El estilo que definió Mies van der Rohe en el Pabellón alemán de la Expo de Barcelona 1929, con forjados sustentados por pilares cruciformes, podemos verlo en la nueva biblioteca de Lliçà. Gracias a un proverbial retraso en las obras, podemos disfrutar del magnifico diseño de planos horizontales apoyados sobre esbeltas columnas metálicas. Mención aparte cabe destacar las dos escaleras metálicas que aportan un punto de rotura formal que acaba de equilibrar toda la composición.
Totalmente recomendable ir a ver esta obra, no sea que con las prisas empiecen con los cerramientos y nos quedemos sin ese placer estético. Mies van der Rohe sigue vivo…, en Lliçà.
Fotos: Màrius Gómez