Hoy domingo 1 de noviembre a las 12h se ha inaugurado la obra «Un cadáver exquisito«. Esta exposición es la nº 31 de Espai Garum, la sala de arte más pequeña del mundo.
La obra creada alternativamente por los dos autores y pactada de antemano en cuatro intervenciones (dos cada uno), parte de una fotografía en B/N de 30x40cm tomada por Màrius Gómez en 1995 en el nº 5 del Camí Vell de Canovelles (Granollers), esta imagen muestra en la pared medianera, los restos que quedaron después de derrumbar la casa allí situada. A partir de esta primera aportación, José Luís Navarro ha incorporado materia monocromática para desarrollar una textura que expande la visión de los restos de la casa desaparecida. Seguidamente la obra vuelve y Gómez añade un soporte rígido de 100x180cm forrado en su totalidad de ladrillos perfectamente alineados, que nos dirigen a los laterales donde seriadamente se yuxtaponen 12 fotografías en color, tomadas por el autor en 2006 al edificio situado en el Paseo de Josep Xifré 29 de Arenys de Mar, que a modo de indiana trasladan la visión a una retícula, cuya escala cambia a medida que acercamos el punto de vista, descubriendo un universo anónimo donde se intuye la vida lineal que la habita. Navarro vuelve a intervenir en la obra aportando más materia en la base, con incorporación de color, contraponiendo una estética orgánica a la estructura anterior, de esta forma el viaje iniciado con los restos de la casa en 1995 acaba en la realidad constructiva actual que, posiblemente, pueda acabar en más restos.
Evidentemente todo esto lo han ido percibiendo los autores a medida que iban creando la obra y demuestra lo que ya intuyeron los surrealistas hace casi un siglo, que «un cadáver exquisito muestra la personalidad de cada autor generando una obra original conjunta que de otra forma sería imposible concebir».